Joyas

Colgante antiguo bereber tunecino de plata en forma de Mano de Fátima, -khamsa- o -khomeissa-. La palabra -khamsa- significa en árabe, literalmente, cinco, número al que las creencias bereberes otorgan poderes profilácticos. Tiene una función protectora como talismán para su portador contra el mal de ojo. Atractiva pátina.

Antiguo talismán bereber de plata conocido como la Cruz del Sur o -Boghdad- procedente del pre-Sáhara marroquí. El trabajo de granulación sugiere la influencia mauritana. Como explica el embajador español Jorge Dezcallar de Mazarredo en -Joyas Bereberes de la colección Jorge Dezcallar- los padres regalaban a sus hijos una Cruz del Sur cuando llegaban a la mayoría de edad  diciéndoles: -Hijo, te doy las cuatro direcciones-. Es un poderoso talismán con efectos protectores al incorporar el efecto profiláctico del número cinco (las cuatro direcciones y el elemento central que apunta al firmamento).

Magnífico anillo (tisek) tuareg de plata y vidrio. Decoración grabada. También se utiliza en ocasiones para adornar el pelo. Fantástica pátina. Los tuareg son un pueblo nómada de origen bereber (amazigh) del desierto del Sáhara. Mediados del siglo XX. Por su pequeño tamaño puede usarse de colgante.

Fantástico colgante de gran tamaño de plata procedente de Mali del grupo nómada fulani o peul, si bien recuerda en cierta medida las piezas de oro y doradas que se encuentran entre algunos grupos de Senegal. ¡Espléndido trabajo de orfebrería!

Bonito y raro colgante vintage romboidal de plata dorada con la decoración granulada y filigrana característica de los orfebres mauritanos. Mediados del SXX.

Antiguo par de colgantes bereber de plata cincelada procedentes de la región de Aït Baha Ida Ou Gnidif, en el Anti Atlas marroquí. Bonita decoración vegetal. Se utilizaba usualmente como un colgante de fíbula y se rellenaba de algún retal o hebras de lana impregnados en perfume o alguna otra sustancia aromática. Este tipo de ornamento se puede encontrar también en la zona del Valle del Draa, Essaouira y entre el grupo de los Zaïane. Primera mitad del siglo XX. 

Fantástico colgante marroquí realizado al estilo cabileño argelino. Su factura es sobresaliente y revela el trabajo de un verdadero maestro artesano. Una pieza para ser disfrutada y admirada.

Antiguo amuleto tuareg (tcherot) de plata y cobre procedente de Mali. Está decorado con bonitos grabados que confieren protección a su portador. Contenía versos del Corán u otros textos protectores para alejar las malas influencias y al mal. Otras denominaciones: -gris-gris-, -kitab-, -gri-gri-.   

Encantador amuleto antiguo de plata bereber en forma de bola. Presenta un bonito trabajo en plata. Lleno de hebras de lana impregnadas en perfume o con hierbas aromáticas en su interior, se habría utilizado por su dueña trenzado entre sus cabellos, colgado de su tocado o de un juego de fíbulas. La pequeña cadena no forma parte seguramente del conjunto original y se añadió en cierto momento para colocar el amuleto entre la indumentaria de su propietaria. 

Sobresaliente bolso porta-amuletos, o cartera porta-Corán, turcomano antiguo procedente de la etnia tekke. Constituía un amuleto que protegía a su portador. Está realizado en plata, plata dorada al fuego, latón, cuero y cabujones de vidrio y cornalina. La calidad del trabajo es magnífica y una prueba evidente de la maestría alcanzada por los joyeros orfebres de la región. Soberbia pátina. Finales del siglo XIX.

Maravilloso collar porta-Corán de mujer -atschar bag- de la tribu turcomana de los Yomud en Asia Central. Realizado en plata dorada y cabujones de vidrio que, originalmente, pudieran haber sido cornalinas. Una pieza especialmente elegante, casi renacentista, y con un notable trabajo de repujado. El colgante central mide 86x70x10 mm y la cadena 37 cm. Una verdadera joya en todos los sentidos. 

Antiguo colgante bereber de plata cincelada procedente del Valle del Draa, en el Anti- Atlas oriental marroquí. Bonita decoración vegetal. De su base cuelgan pequeñas cadenas decoradas con cuentas de cristal y rematadas por colgantes formados por cuatro monedas antiguas de plata marroquíes. Se utilizaba usualmente como un colgante de fíbula y se rellenaba de algún retal o hebras de lana impregnados en perfume o alguna otra sustancia aromática. Este tipo de ornamento se puede encontrar también en la zona de Essaouira y entre el grupo de los Zaïane. Primera mitad del siglo XX. 

Antigua cuenta ovoide bereber (taguemout) de plata y esmalte hallada en Ida ou Semlal en el Ante-Atlas occidental al sur de Marruecos. Está esmaltada en colores verde, amarillo y rojo. De él colgarían a su vez pequeños colgantes o monedas. Probablemente formaba parte de un collar o era un elemento central en un aderezo de fíbulas. Este tipo de ornamento es típico de la zona de Tiznit/Issafen. El huevo, en la iconografía bereber, se considera tanto un símbolo de fertilidad al ser un elemento del que nace vida como de eternidad. Pieza de mediados de la primera mitad del siglo XX.

Precioso juego de fíbulas bereberes de filigrana de plata halladas en la aldea de Tikirt en los alredores de Jbel Siroua. Este tipo de trabajo, sin embargo, pueda proceder de algo más al sur en la región de Foum Zguid. Este par muestra un maravilloso trabajo de filigrana y presenta restos de decoración esmaltada. Se habrían utilizado unidas por una cadena como adorno pectoral para sujetar en su sitio prendas tales como como handiras, haïk o capas. Principios del siglo XX.

Antiguo juego de fíbulas bereberes de plata procedente de Taliouine en el Anti-Atlas marroquí en cuya fabricación se utlizaron un par de monedas marroquíes de plata de 10 dirhams del reinado de Yusuf acuñadas entre los años 1331-1336 (A.D. 1913-1918) y que hoy en día son muy buscadas. Otros nombres: -khelâla-, khelalât-. Primer cuarto del siglo XX.

Juego muy antiguo de fíbulas bereber halladas en el pueblo de Tissent en el Anti-Atlas central marroquí. Están realizadas en lámina de plata sobre bronce. En la parte central de cada una de las fíbulas hay un cabujón de vidrio rojo. También aparecen restos de niello. Muy bonita decoración grabada. El cabujón central actúa como ojo que ahuyenta las influencias malignas y protege al portador. Probablemente procede de las tribus Ida ou Nadif o Ida ou Zekri. Mediados a finales del siglo XIX.