Cerámica

Este es un ejemplo más del innegable atractivo de las cosas sencillas al que nos tienen acostumbrados los bereberes. Si en el caso de sus tejidos, y en muchas ocasiones de sus joyas, los bereberes dejan paso a un torrente ilimitado de imaginación y creatividad sin por ello renunciar en ningún momento a todos y cada uno de los elementos y símbolos que los definen como grupo, vasijas como ésta nos devuelven al mundo de la belleza de las cosas simples. Las líneas y diseño de esta pieza antigua de cerámica bereber artesanal, sin decoración superflua alguna, procedente de la región de Imi N Tanout en Marruecos no hacen más que realzar todos estos aspectos al que se unen sus innegables posibilidades decorativas y una cálida y maravillosa pátina de debida a años y años de uso tradicional en el molido de los huesos del fruto del árbol del argán para la elaboración de la pasta de la que se extrae su famoso y cotizadísimo aceite.

Bonita orza -bukala- antigua de barro procedente la región montañosa del Rif, al norte de Marruecos. Se emplea para almacenar alimentos. La cerámica rifeña la realizan manos femeninas mediante la técnica del urdido. Una vez moldeada la pieza, se bruñe y se le aplica un engobe sobre el que se plasman con tintes naturales diseños tribales tradicionales que, ademas de decorar, tienen efectos profilácticos y favorecedores. Finalmente se cuece en primitivos hornos de adobe o enterrada en brasas. Auténtica belleza ancestral.

Precioso cántaro -guembura- antiguo de barro procedente la región montañosa del Rif, al norte de Marruecos. Se emplea para transportar agua. La cerámica rifeña la realizan manos femeninas mediante la técnica del urdido. Una vez moldeada la pieza, se bruñe y se le aplica un engobe sobre el que se plasman con tintes naturales diseños tribales tradicionales que, ademas de decorar, tienen efectos profilácticos y favorecedores.  Auténtica belleza ancestral.

Precioso cántaro -guembura- antiguo de barro procedente la región montañosa del Rif, al norte de Marruecos. Se emplea para transportar agua. La cerámica rifeña la realizan manos femeninas mediante la técnica del urdido. Una vez moldeada la pieza, se bruñe y se le aplica un engobe sobre el que se plasman con tintes naturales diseños tribales tradicionales que, ademas de decorar, tienen efectos profilácticos y favorecedores.  Auténtica belleza ancestral.

Bonita olla -guedra- antigua de barro procedente la región montañosa del Rif, al norte de Marruecos. Se emplea para preparar alimentos. La cerámica rifeña la realizan manos femeninas mediante la técnica del urdido. Una vez moldeada la pieza, se bruñe y se le aplica un engobe sobre el que se plasman con tintes naturales diseños tribales tradicionales que, ademas de decorar, tienen efectos profilácticos y favorecedores. Finalmente se cuece en primitivos hornos de adobe o enterrada en brasas. Auténtica belleza ancestral.

Bonita olla -guedra- antigua de barro procedente la región montañosa del Rif, al norte de Marruecos. Se emplea para preparar alimentos. La cerámica rifeña la realizan manos femeninas mediante la técnica del urdido. Una vez moldeada la pieza, se bruñe y se le aplica un engobe sobre el que se plasman con tintes naturales diseños tribales tradicionales que, ademas de decorar, tienen efectos profilácticos y favorecedores. Finalmente se cuece en primitivos hornos de adobe o enterrada en brasas. Auténtica belleza ancestral.

Este es un ejemplo más del innegable atractivo de las cosas sencillas al que nos tienen acostumbrados los bereberes. Si en el caso de sus tejidos, y en muchas ocasiones de sus joyas, los bereberes dejan paso a un torrente ilimitado de imaginación y creatividad sin por ello renunciar en ningún momento a todos y cada uno de los elementos y símbolos que los definen como grupo, vasijas como ésta nos devuelven al mundo de la belleza de las cosas simples. Las líneas y diseño de esta jarra lechera antigua de cerámica bereber artesanal, sin esmalte ni decoración superflua alguna, procedente de Taliouine en el Anti Atlas marroquí no hacen más que realzar todos estos aspectos al que se unen sus innegables posibilidades decorativas y una cálida y maravillosa pátina de debida a años y años de uso tradicional.

Este es un ejemplo más del innegable atractivo de las cosas sencillas al que nos tienen acostumbrados los bereberes. Si en el caso de sus tejidos, y en muchas ocasiones de sus joyas, los bereberes dejan paso a un torrente ilimitado de imaginación y creatividad sin por ello renunciar en ningún momento a todos y cada uno de los elementos y símbolos que los definen como grupo, vasijas como ésta nos devuelven al mundo de la belleza de las cosas simples. Las líneas y diseño de esta jarra lechera antigua de cerámica bereber artesanal, sin esmalte ni decoración superflua alguna, procedente de Taliouine en el Anti Atlas marroquí no hacen más que realzar todos estos aspectos al que se unen sus innegables posibilidades decorativas y una cálida y maravillosa pátina de debida a años y años de uso tradicional.

Bonita lechera -yuna- antigua de barro procedente la región montañosa del Rif, al norte de Marruecos. Se emplea para ordeñar. La cerámica rifeña la realizan manos femeninas mediante la técnica del urdido. Una vez moldeada la pieza, se bruñe y se le aplica un engobe sobre el que se plasman con tintes naturales diseños tribales tradicionales que, ademas de decorar, tienen efectos profilácticos y favorecedores. Finalmente se cuece en primitivos hornos de adobe o enterrada en brasas. Auténtica belleza ancestral.

Bonito Keskes o cuscusera antigua de cerámica. Este  recipiente, colocado sobre la olla, permite cocinar los granos del cuscus al vapor al mismo tiempo que en la olla se guisa el estofado de verduras y carne que lo acompaña.

Bonito cuenco de cerámica esmaltada marroquí.

Precioso cántaro -guembura- antiguo de barro procedente la región montañosa del Rif, al norte de Marruecos. Se emplea para transportar agua. La cerámica rifeña la realizan manos femeninas mediante la técnica del urdido. Una vez moldeada la pieza, se bruñe y se le aplica un engobe sobre el que se plasman con tintes naturales diseños tribales tradicionales que, ademas de decorar, tienen efectos profilácticos y favorecedores. En este caso, de tanto uso, los diseños casi han desaparecido no obstante la pieza conserva una magnifica pátina realzada por las sensuales formas orgánicas que solo unas manos femeninas pueden moldear. Auténtica belleza ancestral.

Vasija de terracota antigua procedente de Mali. Su forma, especialmente el cuello, y su sencilla pero elegante decoración grabada parece apuntar al estilo de alfarería referido comúnmente como Djenné o a Bankoni. Una pieza magnífica, equilibrada y de muy buena factura.