De Nudo

Las alfombras bereberes Boujad provienen de las llanuras al este de la ciudad imperial de Marrakech a cuyos zocos las llevaban tradicionalmente los artesanos tejedores para su venta. El grupo bereber más conocido del área en la que se elaboran estas alfombras de nudo de lana son los Beni Moussa. Estas alfombras recuerdan en cierta medida a las de la región de Haouz. De grosor medio pueden o bien combinar diferentes motivos decorativos no sujetos a especiales reglas de geometría o jugar con distintos tonos de una misma gama especialmente rojos y rosas. En cualquier caso siempre un placer para los sentidos. 

Las alfombras bereberes Boujad provienen de las llanuras al este de la ciudad imperial de Marrakech a cuyos zocos las llevaban tradicionalmente los artesanos tejedores para su venta. El grupo bereber más conocido del área en la que se elaboran estas alfombras de nudo de lana son los Beni Moussa. Estas alfombras recuerdan en cierta medida a las de la región de Haouz. De grosor medio pueden o bien combinar diferentes motivos decorativos no sujetos a especiales reglas de geometría o jugar con distintos tonos de una misma gama especialmente rojos y rosas. En cualquier caso siempre un placer para los sentidos. 

Las alfombras bereberes Boujad provienen de las llanuras al este de la ciudad imperial de Marrakech a cuyos zocos las llevaban tradicionalmente los artesanos tejedores para su venta. El grupo bereber más conocido del área en la que se elaboran estas alfombras de nudo de lana son los Beni Moussa. Estas alfombras recuerdan en cierta medida a las de la región de Haouz. De grosor medio pueden o bien combinar diferentes motivos decorativos no sujetos a especiales reglas de geometría o jugar con distintos tonos de una misma gama especialmente rojos y rosas. En cualquier caso siempre un placer para los sentidos. 

Las alfombras bereberes Boujad provienen de las llanuras al este de la ciudad imperial de Marrakech a cuyos zocos las llevaban tradicionalmente los artesanos tejedores para su venta. El grupo bereber más conocido del área en la que se elaboran estas alfombras de nudo de lana son los Beni Moussa. Estas alfombras recuerdan en cierta medida a las de la región de Haouz. De de pelo mediano y grosor medio pueden o bien combinar diferentes motivos decorativos no sujetos a especiales reglas de geometría o jugar con distintos tonos de una misma gama especialmente rojos y rosas. En cualquier caso siempre un placer para los sentidos.     

Las alfombras bereberes Boujad provienen de las llanuras al este de la ciudad imperial de Marrakech a cuyos zocos las llevaban tradicionalmente los artesanos tejedores para su venta. El grupo bereber más conocido del área en la que se elaboran estas alfombras de nudo de lana son los Beni Moussa. Estas alfombras recuerdan en cierta medida a las de la región de Haouz. De de pelo mediano y grosor medio pueden o bien combinar diferentes motivos decorativos no sujetos a especiales reglas de geometría o jugar con distintos tonos de una misma gama especialmente rojos y rosas. En cualquier caso siempre un placer para los sentidos.     

Las alfombras bereberes Boujad provienen de las llanuras al este de la ciudad imperial de Marrakech a cuyos zocos las llevaban tradicionalmente los artesanos tejedores para su venta. El grupo bereber más conocido del área en la que se elaboran estas alfombras de nudo de lana son los Beni Moussa. Estas alfombras recuerdan en cierta medida a las de la región de Haouz. De pelo mediano y grosor medio pueden o bien combinar diferentes motivos decorativos no sujetos a especiales reglas de geometría o jugar con distintos tonos de una misma gama especialmente rojos y rosas. En cualquier caso siempre un placer para los sentidos.     

Las alfombras bereberes Boujad provienen de las llanuras al este de la ciudad imperial de Marrakech a cuyos zocos las llevaban tradicionalmente los artesanos tejedores para su venta. El grupo bereber más conocido del área en la que se elaboran estas alfombras de nudo de lana son los Beni Moussa. Estas alfombras recuerdan en cierta medida a las de la región de Haouz. De de pelo mediano y grosor medio pueden o bien combinar diferentes motivos decorativos no sujetos a especiales reglas de geometría o jugar con distintos tonos de una misma gama especialmente rojos y rosas. En cualquier caso siempre un placer para los sentidos.     

Las alfombras bereberes Boujad provienen de las llanuras al este de la ciudad imperial de Marrakech a cuyos zocos las llevaban tradicionalmente los artesanos tejedores para su venta. El grupo bereber más conocido del área en la que se elaboran estas alfombras de nudo de lana son los Beni Moussa. Estas alfombras recuerdan en cierta medida a las de la región de Haouz. De de pelo mediano y grosor medio pueden o bien combinar diferentes motivos decorativos no sujetos a especiales reglas de geometría o jugar con distintos tonos de una misma gama especialmente rojos y rosas. En cualquier caso siempre un placer para los sentidos.     

Los tejidos de los diferentes sub-grupos bereberes integrantes de la confederación de los Aït Ouaouzguite en la región del Siroua a caballo entre el Alto Atlas y el Anti Atlas marroquí, tales como los Aït Ouarda, los Aït Tamassine, los Aït Ameur, los Aït Khezama, los Aït Oubial o los Aït Abdallah, se encuentran desde siempre entre los más reconocidos de Marruecos. A ello contribuyen tanto la calidad de los materiales empleados, la pericia de los artesanos tejedores como, en el caso de ciertos tejidos planos como las capas o –akhnif-, las alforjas, zurrones o mantas de pastor o cabalgadura, -shadouis-, –l'rhomd- or -adil-, la originalidad de las técnicas empleadas que, salvo alguna contada excepción, no se encuentran entre otros grupos bereberes de Marruecos. En el tejido de sus alfombras el nudo comúnmente empleado es el nudo denominado simétrico, y el material empleado la lana de oveja local. En los ejemplos más antiguos los colores predominantes son los blancos, cremas, marrones y negro de la lana de oveja natural sin tintar. Aún hoy en día la lana natural de color negro goza de una especial preferencia no sólo por la calidad superior de esta lana procedente de una raza autóctona de oveja sino por la creencia bereber de que aquélla es particularmente efectiva para combatir el mal de ojo y otras influencias malignas. En las alfombras no tan antiguas la gama de colores de la lana empleada se amplía. Además, los motivos decorativos empleados, sin perder su carácter tribal, recuerdan en cierta medida a los de alfombras urbanas de Rabat y Salé. Esto se debe en gran medida a la larga y estrecha relación entre las comunidades judías de esas ciudades y las de las comunidades Aït Ouaouzguite. En cuanto a los tejidos planos estos alcanzan unas elevadísimas cuotas de calidad, originalidad y excelencia, particularmente entre los Aït Ouarda y los Aït Tamassine, siendo muy características la alternancia de bandas negras y blancas en su decoración y la utilización de la técnica conocida como –shadoui- o de torsión de la hebras de urdimbre. En todo caso, y en cualquiera de sus manifestaciones, estamos ante verdaderas obras de arte tribal.                   

Los tejidos de los diferentes sub-grupos bereberes integrantes de la confederación de los Aït Ouaouzguite en la región del Siroua a caballo entre el Alto Atlas y el Anti Atlas marroquí, tales como los Aït Ouarda, los Aït Tamassine, los Aït Ameur, los Aït Khezama, los Aït Oubial o los Aït Abdallah, se encuentran desde siempre entre los más reconocidos de Marruecos. A ello contribuyen tanto la calidad de los materiales empleados, la pericia de los artesanos tejedores como, en el caso de ciertos tejidos planos como las capas o –akhnif-, las alforjas, zurrones o mantas de pastor o cabalgadura, -shadouis-, –l'rhomd- or -adil-, la originalidad de las técnicas empleadas que, salvo alguna contada excepción, no se encuentran entre otros grupos bereberes de Marruecos. En el tejido de sus alfombras el nudo comúnmente empleado es el nudo denominado simétrico, y el material empleado la lana de oveja local. En los ejemplos más antiguos los colores predominantes son los blancos, cremas, marrones y negro de la lana de oveja natural sin tintar. Aún hoy en día la lana natural de color negro goza de una especial preferencia no sólo por la calidad superior de esta lana procedente de una raza autóctona de oveja sino por la creencia bereber de que aquélla es particularmente efectiva para combatir el mal de ojo y otras influencias malignas. En las alfombras no tan antiguas la gama de colores de la lana empleada se amplía. Además, los motivos decorativos empleados, sin perder su carácter tribal, recuerdan en cierta medida a los de alfombras urbanas de Rabat y Salé. Esto se debe en gran medida a la larga y estrecha relación entre las comunidades judías de esas ciudades y las de las comunidades Aït Ouaouzguite. En cuanto a los tejidos planos estos alcanzan unas elevadísimas cuotas de calidad, originalidad y excelencia, particularmente entre los Aït Ouarda y los Aït Tamassine, siendo muy características la alternancia de bandas negras y blancas en su decoración y la utilización de la técnica conocida como –shadoui- o de torsión de la hebras de urdimbre. En todo caso, y en cualquiera de sus manifestaciones, estamos ante verdaderas obras de arte tribal.                   

Las alfombras bereberes Boujad provienen de las llanuras al este de la ciudad imperial de Marrakech a cuyos zocos las llevaban tradicionalmente los artesanos tejedores para su venta. El grupo bereber más conocido del área en la que se elaboran estas alfombras de nudo de lana son los Beni Moussa. Estas alfombras recuerdan en cierta medida a las de la región de Haouz. De de pelo mediano y grosor medio pueden o bien combinar diferentes motivos decorativos no sujetos a especiales reglas de geometría o jugar con distintos tonos de una misma gama especialmente rojos y rosas. En cualquier caso siempre un placer para los sentidos.