Joyas

Atractiva pulsera o esclava antigua marroquí de plata con la típica decoración incisa, áreas decorados en negro y maravilloso trabajo de granulado en plata. Este tipo de trabajo se encuentra principalmente en Mauritania, Sáhara Occidental y algunas áreas del sur de Marruecos. 

Sencilla pulsera o esclava antigua sahariana de plata con la típica decoración incisa y con áreas negras. Este tipo de trabajo se encuentra principalmente en Mauritania, Sáhara Occidental y algunas áreas del sur de Marruecos. 

Bonita pulsera antigua bereber de plata. Ha perdido parte de su decoración cincelada por su intenso uso pero, sin embargo, ello le ha dado una magnífica pátina.

Fantástico juego de siete brazaletes de plata bereberes, con decoración incisa procedentes de Marruecos. Originariamente era una joya de ciudad. Uno de sus nombres era el de "simana" en referencia a los siete días de la semana. Otros nombres: -slouk-, esto es, -hilos de hierro-. 

Magnífica pulsera nueva Tuareg de plata o -khulkhal- procedente de Niger con una extraordinario trabajo granulado con diseños protectores para el portador. Otros nombres: -kholkhal-, -khalkhal-, -khelkhal-, -natal-. Ajustable

Bonita pulsera antigua bereber de plata. Ha perdido parte de su decoración cincelada por su intenso uso pero, sin embargo, ello le ha dado una magnífica pátina.

Bonita pulsera antigua bereber de plata. Ha perdido parte de su decoración cincelada por su intenso uso pero, sin embargo, ello le ha dado una magnífica pátina.

Bonita y antigua pulsera bereber de plata moldeada y cincelada, procedentes de Marruecos. Su diseño se originó en las ciudades -citadine- del norte de Marruecos para extenderse después por otras zonas tales como el Rif, el País Jebala y hacia el sur del país. Otros nombres: -taasir saboun-. Mediados del siglo XX. 

Bonita y antigua pulsera bereber de plata moldeada y cincelada, procedentes de Marruecos. Su diseño se originó en las ciudades -citadine- del norte de Marruecos para extenderse después por otras zonas tales como el Rif, el País Jebala y hacia el sur del país. Otros nombres: -taasir saboun-. Mediados del siglo XX.

Magnífico collar antiguo de plata kuchi. . Esta pieza es una muestra excelente de la joyería de este grupo étnico. Está realizada en plata, cabujones de vidrio y pequeñas cuentas. Magnífica pátina y pieza y, ciertamente, no una de las versiones modernas que se ven frecuentemente hoy en día. Los kuchis, de la palabra persa -koch- que significa migración, son nómadas afganos de etnia pashtún distribuidos en diferentes tribus en áreas de Afganistán y en Pakistán. Principios del siglo XX.

Magnífico collar de plata y esmalte de la etnia hazara, grupo étnico minoritario de origen persa que vive en el centro y noreste de Afganistán y al noroeste de Pakistán. El cuerpo principal de este collar se compone de tres placas de plata bellamente decoradas con motivos florales esmaltados en dos tonos de azul y rojo. La técnica para la elaboración de piezas de esta calidad se ha perdido ya desgraciadamente. El conjunto se completa con bonitas cuentas de plata así como pequeñas cuentas de vidrio azul, blanco y verde lo que lo hace extremadamente atractivo. Un viaje a "Las Mil y Una Noches". Las placas de plata esmaltadas son de la segunda mitad del siglo XIX y, el montaje, más reciente.

Bonita pulsera antigua bereber de plata. Ha perdido parte de su decoración cincelada por su intenso uso pero, sin embargo, ello le ha dado una magnífica pátina.

Bonita pulsera antigua bereber de plata. Ha perdido parte de su decoración cincelada por su intenso uso pero, sin embargo, ello le ha dado una magnífica pátina.

No existen muchos ejemplos de tejido con cuentas entre los bereberes, labor mucho más frecuente en el África Subsahariana. Este bonito collar pectoral procede de la región de Taza en el Medio Atlas marroquí.

Collar de discos de pasta de vidrio reciclado de bonitos colores procedente de Ghana. 

Collar de discos de pasta de vidrio reciclado de bonitos colores procedente de Ghana. 

Collar de discos de pasta de vidrio reciclado de bonitos colores procedente de Ghana. 

Collar de discos de pasta de vidrio reciclado de bonitos colores procedente de Ghana. 

Collar de cuentas de pasta de vidrio reciclado de bonitos colores procedente de Ghana. 

Collar de cuentas de pasta de vidrio reciclado de bonitos colores procedente de Ghana. 

Collar de cuentas de pasta de vidrio reciclado de bonitos colores procedente de Ghana. 

Sencilla pulsera o esclava antigua sahariana de plata con la típica decoración incisa y con áreas negras y rojas. Este tipo de trabajo se encuentra principalmente en Mauritania, Sáhara Occidental y algunas áreas del sur de Marruecos. 

Bonita pulsera antigua bereber de plata. Ha perdido parte de su decoración cincelada por su intenso uso pero, sin embargo, ello le ha dado una magnífica pátina.

Esclava bereber antigua de plata, con decoración incisa procedente de Marruecos. Originariamente era una joya de ciudad. Formando parte de un juego de siete se las conocía como -simana- en referencia a los siete días de la semana. Otros nombres: -slouk-, esto es, -hilos de hierro-. 

Esclava bereber antigua de plata, con decoración incisa procedente de Marruecos. Originariamente era una joya de ciudad. Formando parte de un juego de siete se las conocía como -simana- en referencia a los siete días de la semana. Otros nombres: -slouk-, esto es, -hilos de hierro-. 

Originalísimo conjunto vintage de ciento dos cuentas de plata con baño dorado procedentes de las hábiles manos de un orfebre Mauritano. ¡Únicas!

Diametro entre 5 y 7 mm

Espectacular collar de cuentas de plata con baño dorado. Destaca la característica e intrincada decoración granulada y de filigrana de los maestros mauritanos. Segunda mitad del SXX.

La cuenta central mide 17mm de diametro y la más pequeña 7mm.

Magnifica sarta de sesenta y ocho cuentas de trueque bicónicas, la mayor parte de ellas son del tipo “de ojo” inspiradas en las mucho más antiguas cuentas islámicas, y cinco de ellas con decoración lineal comúnmente denominadas “King beads” o también, localmente, como cuentas Gololo. Fabricadas en talleres venecianos a mediados del siglo XIX utilizando la técnica denominada “a la llama” (lamp work). Estas cuentas alcanzaron una gran importancia en el comercio del oro en África.

La cuenta mayor mide 16mm de largo por 23mm de diámetro y la menor 10mm por 12mm.

Usamos el término “cuentas de trueque” para referirnos a las cuentas de vidrio de fabricación europea que fueron utilizadas por los mercaderes y exploradores en el comercio africano desde el siglo XV y durante toda la expansión colonial en ese continente. La historia de las cuentas de trueque en África nos lleva al siglo XV y a la llegada a las costas occidentales de África de los primeros navegantes europeos, principalmente portugueses. Aquéllos descubrieron pronto la fascinación de las poblaciones locales por las cuentas y vieron en ello una oportunidad para el comercio. Entre las cuentas que cautivaron en mayor medida a estas poblaciones se encontraban las de vidrio ya que aún no se habían desarrollado localmente las técnicas necesarias para su elaboración. Ello llevó a una gran demanda local de las bellas y coloridas cuentas de vidrio ofrecidas por los europeos, tales como las cuentas millefiori o chevron venecianas y a que floreciera un gran comercio de trueque de aquéllas por mercancías tales como oro, maderas preciosas, marfil, etc. y que incluso llevó a que fuesen empleadas, tristemente, en el comercio de esclavos. La creciente demanda se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX y relanzó centros de producción de en Europa, como Venecia, cuyas cuentas alcanzaron una enorme popularidad y que las hizo muy cotizadas.

La técnica de fabricación de cuentas “a la llama”, o más comúnmente referida como “lamp work”, es una de las principales técnicas de trabajo del vidrio. Las cuentas realizadas empleando esta técnica se fabricaban utilizando varas de vidrio que eran calentadas hasta temperaturas en torno a los 1000 ºC, mediante el uso antiguamente de lámparas alimentadas por aceite o sebo y hoy en día por sopletes, que eran enrolladas a una vara de acero cubierta de un material refractario que evitaba que el vidrio fundido se pegara al metal. Las cuentas así obtenidas podían ser decoradas posteriormente utilizando la misma técnica de lamp work mediante la aplicación en su superficie de secciones de varas de vidrio de diferentes colores para formar intrincados y multicolores patrones en una casi infinita variedad de diseños que hacía de cada cuenta un ejemplo único.

Preciosa sarta de cincuenta y siete cuentas de trueque bicónicas, comúnmente denominadas “King beads” o también, localmente, como cuentas Gololo. Fueron fabricadas en talleres venecianos a partir de mediados del siglo XIX utilizando la técnica denominada “a la llama” (lamp work). Los artesanos fabricaron una importante variedad de cuentas de esta clase en las que sobre un cuerpo bicónico, generalmente de vidrio opaco de color negro, amarillo, verde o granate se distribuían decoración lineal en una atractiva decoración de colores. Estas cuentas alcanzaron una gran importancia en el comercio del oro en África.

La cuenta mayor mide 20mm de largo por 22mm de diámetro y la menor 12mm por 13mm.

Usamos el término “cuentas de trueque” para referirnos a las cuentas de vidrio de fabricación europea que fueron utilizadas por los mercaderes y exploradores en el comercio africano desde el siglo XV y durante toda la expansión colonial en ese continente. La historia de las cuentas de trueque en África nos lleva al siglo XV y a la llegada a las costas occidentales de África de los primeros navegantes europeos, principalmente portugueses. Aquéllos descubrieron pronto la fascinación de las poblaciones locales por las cuentas y vieron en ello una oportunidad para el comercio. Entre las cuentas que cautivaron en mayor medida a estas poblaciones se encontraban las de vidrio ya que aún no se habían desarrollado localmente las técnicas necesarias para su elaboración. Ello llevó a una gran demanda local de las bellas y coloridas cuentas de vidrio ofrecidas por los europeos, tales como las cuentas millefiori o chevron venecianas y a que floreciera un gran comercio de trueque de aquéllas por mercancías tales como oro, maderas preciosas, marfil, etc. y que incluso llevó a que fuesen empleadas, tristemente, en el comercio de esclavos. La creciente demanda se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX y relanzó centros de producción de en Europa, como Venecia, cuyas cuentas alcanzaron una enorme popularidad y que las hizo muy cotizadas.

La técnica de fabricación de cuentas “a la llama”, o más comúnmente referida como “lamp work”, es una de las principales técnicas de trabajo del vidrio. Las cuentas realizadas empleando esta técnica se fabricaban utilizando varas de vidrio que eran calentadas hasta temperaturas en torno a los 1000 ºC, mediante el uso antiguamente de lámparas alimentadas por aceite o sebo y hoy en día por sopletes, que eran enrolladas a una vara de acero cubierta de un material refractario que evitaba que el vidrio fundido se pegara al metal. Las cuentas así obtenidas podían ser decoradas posteriormente utilizando la misma técnica de lamp work mediante la aplicación en su superficie de secciones de varas de vidrio de diferentes colores para formar intrincados y multicolores patrones en una casi infinita variedad de diseños que hacía de cada cuenta un ejemplo único.

Preciosa sarta de sesenta y tres cuentas de trueque bicónicas, comúnmente denominadas “King beads” o también, localmente, como cuentas Gololo. Fueron fabricadas en talleres venecianos a partir de mediados del siglo XIX utilizando la técnica denominada “a la llama” (lamp work). Los artesanos fabricaron una importante variedad de cuentas de esta clase en las que sobre un cuerpo bicónico, generalmente de vidrio opaco de color negro, amarillo, verde o granate se distribuían decoración lineal en una atractiva decoración de colores. Estas cuentas alcanzaron una gran importancia en el comercio del oro en África.

La cuenta mayor mide 16mm de largo por 18mm de diámetro y la menor 12mm por 12mm.

Usamos el término “cuentas de trueque” para referirnos a las cuentas de vidrio de fabricación europea que fueron utilizadas por los mercaderes y exploradores en el comercio africano desde el siglo XV y durante toda la expansión colonial en ese continente. La historia de las cuentas de trueque en África nos lleva al siglo XV y a la llegada a las costas occidentales de África de los primeros navegantes europeos, principalmente portugueses. Aquéllos descubrieron pronto la fascinación de las poblaciones locales por las cuentas y vieron en ello una oportunidad para el comercio. Entre las cuentas que cautivaron en mayor medida a estas poblaciones se encontraban las de vidrio ya que aún no se habían desarrollado localmente las técnicas necesarias para su elaboración. Ello llevó a una gran demanda local de las bellas y coloridas cuentas de vidrio ofrecidas por los europeos, tales como las cuentas millefiori o chevron venecianas y a que floreciera un gran comercio de trueque de aquéllas por mercancías tales como oro, maderas preciosas, marfil, etc. y que incluso llevó a que fuesen empleadas, tristemente, en el comercio de esclavos. La creciente demanda se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX y relanzó centros de producción de en Europa, como Venecia, cuyas cuentas alcanzaron una enorme popularidad y que las hizo muy cotizadas.

La técnica de fabricación de cuentas “a la llama”, o más comúnmente referida como “lamp work”, es una de las principales técnicas de trabajo del vidrio. Las cuentas realizadas empleando esta técnica se fabricaban utilizando varas de vidrio que eran calentadas hasta temperaturas en torno a los 1000 ºC, mediante el uso antiguamente de lámparas alimentadas por aceite o sebo y hoy en día por sopletes, que eran enrolladas a una vara de acero cubierta de un material refractario que evitaba que el vidrio fundido se pegara al metal. Las cuentas así obtenidas podían ser decoradas posteriormente utilizando la misma técnica de lamp work mediante la aplicación en su superficie de secciones de varas de vidrio de diferentes colores para formar intrincados y multicolores patrones en una casi infinita variedad de diseños que hacía de cada cuenta un ejemplo único.

Soberbio brazalete antiguo de plata con una maravillosa decoración floral realizada con la técnica del nielado. La hemos encontrados en Afganistán si bien el modelo nos recuerda a antiguos diseños uzbekos y de extremo más oriental de Turquía (región de Van). Un muy, muy afortunado y raro hallazgo que no deberías dejar escapar.

Alegre collar kuchi afgano vintage de aleación de metales y decorado con colgantes de vidrios de colores. Los kuchis, de la palabra persa -koch- que significa migración, son nómadas afganos de etnia pashtún distribuidos en diferentes tribus en áreas de Afganistán y Pakistán. Tamaño mediano.

Maravilloso collar de montaje reciente que combina una soberbia selección de cuentas antiguas y vintage mauritanas. Éstas incluyen preciosas cuentas de madera de ébano (alguna de ellas con decoración en filigrana de plata), cuentas de aluminio, ágata, vidrio de bohemia y, por supuesto, las fantásticas, cotizadísimas y muy buscadas cuentas antiguas de plata mauritanas (agrabb al-fadda). Un collar elegante y que, sin duda, no pasará desapercibido.

La cuenta central mide 28x22mm

Fantástico conjunto de 48 antiguas cuentas de trueque venecianas de vidrio de finales del siglo XIX. Fabricadas mediante la técnica denominada “a la llama” (lamp work). La forma de las cuentas es la denominada de “barril” (barrel). Su cuerpo  es de color negro opaco y está decorado con líneas blancas longitudinales. Este tipo de cuentas es muy poco común, cuando se encuentran lo es de forma muy dispersa y, en este caso, hemos tenido la suerte de hallarlas en Mauritania.

Tamaño aproximado: largo: 12mm, diámetro 8mm.

Usamos el términos “cuentas de trueque” para referirnos a las cuentas de vidrio de fabricación europea que fueron utilizadas por los mercaderes y exploradores en el comercio africano desde el siglo XV y durante toda la expansión colonial en ese continente. La historia de las cuentas de trueque en África nos lleva al siglo XV y a la llegada a las costas occidentales de África de los primeros navegantes europeos, principalmente portugueses. Aquéllos descubrieron pronto la fascinación de las poblaciones locales por las cuentas y vieron en ello una oportunidad para el comercio. Entre las cuentas que cautivaron en mayor medida a estas poblaciones se encontraban las de vidrio ya que aún no se habían desarrollado localmente las técnicas necesarias para su elaboración. Ello llevó a una gran demanda local de las bellas y coloridas cuentas de vidrio ofrecidas por los europeos, tales como las cuentas millefiori o chevron venecianas y a que floreciera un gran comercio de trueque de aquéllas por mercancías tales como oro, maderas preciosas, marfil, etc. y que incluso llevó a que fuesen empleadas, tristemente, en el comercio de esclavos. La creciente demanda se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX y relanzó centros de producción de en Europa, como Venecia, cuyas cuentas alcanzaron una enorme popularidad y que las hizo muy cotizadas.

La técnica de fabricación de cuentas “a la llama”, o más comúnmente referida como “lamp work”, es una de las principales técnicas de trabajo del vidrio. Las cuentas realizadas empleando esta técnica se fabricaban utilizando varas de vidrio que eran calentadas hasta temperaturas en torno a los 1000 ºC, mediante el uso antiguamente de lámparas alimentadas por aceite o sebo y hoy en día por sopletes, que eran enrolladas a una vara de acero cubierta de un material refractario que evitaba que el vidrio fundido se pegara al metal. Las cuentas así obtenidas podían ser decoradas posteriormente utilizando la misma técnica de lamp work mediante la aplicación en su superficie de secciones de varas de vidrio de diferentes colores para formar intrincados y multicolores patrones en una casi infinita variedad de diseños que hacía de cada cuenta un ejemplo único.

Gargantilla kuchi procedente de Afganistán de aleación de metales y decorada con pequeñas cuentas de vidrio y colgantes realizados con monedas antiguas y decorados con cabujones de varios tamaños de vidrio de colores. Los kuchis, de la palabra persa -koch- que significa migración, son nómadas afganos de etnia pashtún distribuidos en diferentes tribus en áreas de Afganistán y, en menor medida, en Pakistán.  

Bonita pulsera tribal afgana o paquistaní de origen Sindhi de plata hueca. Presenta una bonita decoración grabada y una muy atractiva pátina. Mediados del siglo XX .